

Catalina, esposa de Andrés, esposa desde los dieciséis años, vive la caída de Ascencio y su propio despertar como mujer; supongo que muchas mujeres se identifican con este personaje, con la esposa que a pocos años de su matrimonio se da cuenta de que su marido no es el hombre que ella imaginaba, que es un hombre que la trata como si fuera un objeto, una propiedad más, un hombre para quien su esposa no es única y que necesita muchas más para afirmar su hombría. Parece cliché, suena como uno de los tantos que existen, pero es cierto y nuestra generación no está muy lejos de lo que esta situación significó para madres y abuelas no muy lejanas en el tiempo. Catalina tiene sus ojos muy abiertos desde antes de conocer a Andrés, desde antes de casarse con él y la aparición en su vida no es más que un camino para acercarse a lo que quiere de sí misma. Catalina ama a Andrés, pero la ilusión dura poco, se va a medida que empiezan a llegar a su casa los otros hijos de su esposo, las noticias de las mujeres que viven en sus ranchos y en sus casas cercanas y lejanas, a medida que la lista de los muertos va creciendo, a medida que ya no es posible seguir teniendo dieciséis años… Catalina se desprende poco a poco de Andrés, también se va desprendiendo de sus hijos, va dejando a un lado los papeles que le ha impuesto su condición de esposa, madre y personaje público, para encontrar su propio camino –sin ingenuidad alguna, sin sacrificios inútiles, sin renunciar a sus sirvientes, a sus choferes, al dinero, a la posición social–; entre sentir y sentir que no se siente (pero siempre sentir algo) está la búsqueda de Catalina, entre el tedio y su desaparición están sus amores, está su cuerpo, su inteligencia, sus ganas de ir más allá de la tradición, de las buenas maneras…
Una película no “traiciona” o “le es fiel” a un libro; una película simplemente presenta su lectura de ese libro. En el caso de la versión fílmica de Arráncame la vida, Mastretta interviene en la adaptación y el resultado es un guión que sigue la novela, que “le es fiel”, entonces, en el sentido de presentar los hilos principales que mueven las transformaciones de Catalina y su propia voz, los giros que muestran que, a pesar de sí mismo, Andrés ama a Catalina, Andrés conoce a Catalina y la respeta, que a pesar de sí mismo, a pesar de no poder convertirla en su cómplice, a pesar de estar separado de ella por veinte años que resumen lo que va de la Revolución, de la imagen de la hacienda y el autoritarismo, a la construcción de una sociedad que incluya su renovación, su modernización, la entiende desde la distancia desde la que la observa y desde la que ella se va desprendiendo de su miedo.
1 comentario:
pues yo lei la novela y no la acabe de leer, me parecio aburrida y monotana. la historia no engancha. dicen que fue un exito,pero eso depende del gusto de cada quien.
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