A pesar de la aparente banalidad de la historia y de los personajes, y de su estereotipia, encontramos el Allen que usa ese ya familiar narrador en off que resalta los pensamientos y las causalidades de los personajes; también la eterna y lacónica disposición de los créditos, en dos columnas, sobre la pantalla en negro. Y esta familiaridad es la que permite acercarse a la película, entrar en ese mundo en donde reinan las emociones humanas, las complejas, absurdas, convencionales, apasionadas, caprichosas relaciones amorosas, amistosas...
Es curioso ver a Javier Bardem y a Penélope Cruz actuando como españoles: explosiones de celos, gritos, intentos de asesinato, sexo desenfrenado y “libre”, arte sublime y poesía, calor, mediterráneo, bohemia. Cuando Allen se aleja de su amada Nueva York, puede caer en la homogeneización de los espacios; eso no sucede con Match Point, pero sí en Vicky Cristina Barcelona; Barcelona y Oviedo sirven como escenario de fondo a la mirada estadounidense o, tal vez, la pretensión sea exactamente esa: mostrar a estas dos mujeres que sólo vienen a pasar el verano en una tierra exótica. Cristina lo vivirá como una experiencia más en su larga lista, en su larga e insatisfecha búsqueda; para Vicky será el encuentro con algo que no sabía de ella misma, pero que se disipa, se vuelve nada; para ambas será un elemento más de su “civilizada” amistad...
Tal vez esto sea lo que más recuerde de la película: “toco madera”, “el que escupe para arriba”, “no digas de esta agua no beberé”... Mandatos de la cultura que a veces resultan ciertos sólo porque no aceptamos aspectos de nosotros mismos o nos hemos obligado a no aceptarlos, porque nos han enseñado el temor a confiar en nosotros mismos y en nuestras elecciones. Los principios, las creencias se basan en elecciones que pueden ser flexibles, pero que no tienen que estar supeditados a la fuerza del “destino” o a la de la “cultura”. Vicky cree que ha salido de uno de estos mandatos, pero fiel a su huida del caos, así sea sólo un simulacro, bajará las escaleras eléctricas y tomará un café o un buen vino...
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