“Ah, pero morimos cada día, unos para los otros.
Lo que sabemos de los demás
no es más que la memoria de aquellos momentos
en que los conocimos. Más ellos han cambiado desde entonces.
es una convención social útil y conveniente
que alguna vez debe ser rota. No olvidemos jamás
que, en cada encuentro, es con un extraño con quien tropezaremos”.
Eliot.
Por la bruma de los días
Por las noches interminables
Por las palabras que no encontraron el camino
Por los días a los que no se vuelve
Por la buena rana que sabía a pollo
Por una inocencia nueva.
1 comentario:
Alguna vez oí decir que la inmortalidad era, tal vez, el mantenerse en la memoria de los demás, morimos cuando muere la última persona que se acuerda de nosotros... pero en últimas cada uno se arma su propia imagen de nosotros, tal vez cientos de nosotros son los que van deambulando por ahí, y el nosotros real es un preciado regalo que sólo damos a algunos... que son más afortunados que los demás... jaja!!
... con los que hemos compartido horas de placer ocioso, tardes de caminatas, palabras y silencios deliciosos...
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