lunes, 2 de febrero de 2009

Las alas de la paloma

Esta es tal vez la mejor novela que he leído hasta ahora... Cuando vi la película, hace un año, recuerdo salir a la calle con muchas preguntas, con cuestiones sin resolver; yo me sentía más cercana a la bella Helena Bonham Carter que a la otra actriz, entendía su sacrificio y su dolor, su impotencia por sentir que el amor se iba evaporando... Recuerdo que quien me llevaba cogida de la mano dijo algo que no pude entender y yo me salí del mundo... Recuerdo que nos sentamos frente a un restaurante, en un callejón donde el frío pasaba un poco de largo, recuerdo que aún lejos de este mundo no podía entender sus palabras, recuerdo que amor, amar y enamorarse eran palabras confusas, con significados diversos, recuerdo que ambos en el fondo nos entendíamos, y que algo cambió en mí respecto a cómo acercarme al amor, a los otros, después de escuchar algo que yo me había negado a ver.

Este libro aparece ahora como una forma de seguir dialogando con esa persona, de comprender eso que él ya entendió tan bien...

Kate es una mujer inglesa que ha perdido su fortuna y vive con su tía en una gran mansión... Merton es un periodista sin mayor fortuna... Kate y Merton se aman, pero su tía y su hermana ven en ella la oportunidad para salvar la fortuna que alguna vez tuvo su madre... Parece una historia telenovelesca, un folletín del siglo XIX, pero James no es un novelista folletinesco; en él ya están presentes la ambigüedad y la degradación que viven los seres humanos desde la novelística de Flaubert.

El amor es frágil, el amor, como cualquier vínculo humano, puede romperse como mucha facilidad... No comprendemos, no llega la comunicación, el puente tambalea y se cae... Distancias atravesadas por la traición de sí mismos y por el descubrimiento del otro, no de su arquetipo...

Milly despliega sus alas desde Norteamérica y llega a la vieja civilización inglesa, a una sociedad de excesivas cortesías y comportamientos correctísimos, sobre todo con aquellos que tienen una gran fortuna. Milly sólo quiere vivir, sólo quiere sentir cosas nuevas, asombrarse, quiere la intensidad del gran sentimiento humano: el amor... Ese “ángel” que odié en la película, en la novela se me apareció como un ser magnífico; esa mujer “sacrificada” la entendí en la novela como un ser que se dejó atrapar en un mandato victoriano.

Creo que la novela le debe mucho a Henry James, creo que todo escritor debería leer a James, sobre todo muchos novelistas que se han olvidado de sus personajes, que se han olvidado de pasar tiempo con sus personajes. Es lógico, la identidad humana se va perdiendo poco a poco, pero el diálogo con James sería motivo suficiente para no perderla de vista.

Hay maestría en los diálogos de James, en su capacidad para decir sin nombrar, para esquivar y para decir lo preciso. El encanto de ese narrador omnipotente es su facultad para mostrarnos cosas que hoy son evitadas por nosotros. El narrador cava en lo profundo de cada uno de sus personajes hasta mostrarle al lector lo más hermoso y lo más invisible de la naturaleza humana... Los personajes de James aún pueden encontrar un lugar en sí mismos en donde pueden sentirse bien con lo que son y lo que hacen, un lugar para descansar del ruido del mundo y de sus mandatos, para tomar un respiro, para estar en silencio y renunciar a todo y recuperarse a sí mismos, y empezar de nuevo... Hoy que hemos horadado nuestro espacio íntimo, que lo hemos llenado de miedos, de trampas, de saboteos, yo quisiera recordar a Merton Densher, recordar la honestidad de sus decisiones y de sus acciones, la inmensidad de sus sentimientos.

Sobrepasar límites a veces nos hace conocernos mejor a nosotros mismos, confiar más en nosotros mismos, pero a veces nos hace cambiar tanto que ya no es posible regresar a los mismos lugares ni a las mismas personas... Una puerta se cierra, ya nadie será quien solía ser...

2 comentarios:

gonzzo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
gonzzo dijo...

Recuerdo una mano tibia, una brisa fresca y salada... una conversación sobre una encopetada europea y su hermano que llegan a la sencilla norteamérica y sobre el triste desenlace de dos personajes en las manos de Llosa... tal vez rumiando conversaciones pasadas...¿alguna vez te había dado las gracias?... ¿por todo?... ¿por cada momento?...