



Precious es preciosa y quisiera ser blanca, quisiera ser delgada, quisiera ser famosa; Precious se escapa de la realidad de dolor, de humillación, de golpes, imaginando que es rubia, blanca, delgada y famosa, que tiene un novio, un galán con moto, que no vive más en su barrio, que su vida no es su vida, que su madre no es su madre y que su padre no volverá a aparecer en las noches para “quererla”…
Hay madres-niñas, hay madres-derrumbadas, hay madres que no quieren ser madres, hay madres que no saben ser madres, que no quieren saber cómo ser madres, hay madres que no saben cuidar, hay madres que no fueron cuidadas, hay madres que prefieren el amor de “su hombre” al de sus hijos, al de su “hija”… Sólo seres que se empantanan en el rencor, en la envidia, seres que buscan desesperadamente un poco de amor y no lo encuentran, seres-narcisos que sólo ven hacia sí mismos, que cada mañana meten sus manos debajo de las sábanas para no asumir el amor de afuera, seres que someten a otros a vejámenes atroces para reflejar lo enfermo de su propio interior...
Precious siempre mira hacia lo alto, Precious cree que dios existe sólo porque existen las mañanas, los nuevos comienzos, sólo porque es posible que un “mal día” termine. Precious sabe que es buena en algo, Precious puede entender que es posible dejar atrás, “no llevar lastre”, sabe que la familia no es una verdad; Precious mira a su madre, la reconoce y camina fuera, lejos… Precious no tiene tiempo para juzgar; ella es más lúcida: asume la responsabilidad de su vida… Esa es su alternativa.
¿Cómo es una película con Mariah Carey –a quien no soporto ni en la radio ni en la televisión, pero que aquí se me hizo humana, cercana, honesta–, Lenny Kravitz –sí, el mismo cuerpo, los mismos labios– y Ophra W. –sólo una referencia lejana de la televisión gringa–? Es una película que no disfraza las imperfecciones de la piel, los quilos de más, la imposibilidad de comprar en tiendas costosas; aquí nadie se alisa el pelo, nadie muestra las piernas o el pecho, nadie agita sus brazos para que luzcan mejor los brillantes; todo es necesariamente humano y duele, todo es necesariamente humano y puede ser hermoso: la sonrisa de Precious y la de su hijo jugando en el agua…
1 comentario:
todo esto lo escribis vos? muy bueno... de 10
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