lunes, 6 de diciembre de 2010

Mademoiselle Chambon: Une affaire d'amour




Ella es una profesora sustituta; viaja por toda Francia jugando a tener una vida o, mejor, evitando tener una propia. El apartamento es amplio, está lleno de sus cosas, como si esta vez no quisiera irse… Los discos compactos por montones, la foto de ella tocando un violín que siempre está en su imaginación, que ha abandonado porque no cree que sea buena para interpretarlo, hasta que él lo ve, la ve… Una llamada telefónica de su madre y ella que no contesta, no quiere saber que su hermana ahora es juez, no quiere saber que los ha invitado a cenar, no contesta, no quiere la sombra de su hermana…

Es verano y este no es París sino un pueblo francés con familias, con esposos y sus hijos… Él es albañil, construye casas, arregla casas, las remodela, igual que lo hacía su padre, alguien a quien ahora acompaña a arreglar su funeral, a escoger su ataúd, a escoger que harán con su cuerpo cuando el tiempo aquí se agote, alguien a quien le lava los pies con ternura, con agradecimiento… Él habla y construir casas ahora parece algo más que simplemente eso; él habla de la magia de ver la nada y luego una familia que habita, que da calor, habla de los nuevos dueños y sus deseos de cambiar, de no habitar el mismo espacio que habitó alguien más, habla de las vidas que llegan a eso que sus manos y las de sus compañeros hicieron posible y, entonces, ella lo escucha, ella también lo ve…

Tener una vida, tener una esposa y un hijo, tener una vida vista desde aquí y para siempre y, de pronto, aparece ella, la que no tiene nada, la que no se tiene más que a sí misma y que al verlo a él quiere tener algo más que sólo a sí misma… Ella, Mademoiselle Chambon, ama, él, Jan, también… ¿Cómo nos enamoramos? El violín, la música… Él no sabe quién compone, quién interpreta, sólo sabe que quiere escuchar esa música otra vez; sale del pueblo, se sienta solo y escucha el viento. Su esposa no sabe, no lo ha visto así, pero ella, Mademoiselle Chambon, sí. ¿Qué va a hacer él?, ¿qué hace ella? Hay quienes cierran la puerta, quienes se cierran a sí mismos para que no los vean, para no ver, hay quienes intentan hacerlo, pero no pueden, hay sólo sentir y hacer, o correr…

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