jueves, 7 de marzo de 2013

Cloud atlas:



Tres horas que no se sienten… Cuando salimos de la sala de cine, nos sentimos más livianos.

Tenía muchas expectativas sobre esta película y no fui defraudada. Nueve personajes y seis historias en las que ellos aparecen una y otra vez para cumplir con su destino –elegido–, para descubrir que el hombre siempre es el mismo en todas las épocas, pero, sobre todo, para entender que nuestras vidas no nos pertenecen, que todo hace parte de un fin más grande que el egocentrismo de cada individualidad, por lo general, no permite ver.

Las filosofías occidentales se equivocan cuando ponen la conciencia –el yo– y el tiempo para explicar la existencia y el sentido de lo humano. Todo siempre –creo– es más sencillo de lo que pensamos, más sencillo de lo que parece; todo es aquí y siempre, en todo lugar. La mezquindad (el orgullo, la avaricia, la ambición desmedida, la competencia, la envidia, la vanidad que busca opacar al otro…) y la abundancia (la consideración por mí mismo y por el otro, la solidaridad, el respeto, la equidad, el equilibrado deseo de aprender, la concentración en el propio destino y no en el de los demás) de nuestros pensamientos y sentimientos, de nuestros actos y palabras, son las causas de todas las acciones en nuestras vidas y las de las generaciones que vienen.

Asumir esto es más difícil que asumir la “verdad” que proponía The matrix y por esto Cloud Atlas será menos popular que aquella película. Es más fácil repetir la queja acerca de que “alguien” nos engaña, de que un “sistema” nos engaña y que nuestras vidas son una mentira diseñada por “alguien” más. Lo difícil es asumir la utopía que propone Cloud Atlas: asumir la responsabilidad de entender que todo es consecuencia de nuestros actos y que aquello que nos hace daño se repetirá hasta el infinito (en esta vida –o en otras vidas, si creemos en ello–), mientras no comprendamos esa lógica tan sencilla. La utopía está en que los comportamientos se pueden cambiar, en que podemos reparar nuestros cuerpos y nuestras conciencias, limpiarle sus “demonios”, sus “enfermedades”.

No es cierto que la película sea difícil de entender, difícil de seguir su hilo narrativo, su estructura. No somos tan tontos como piensan los que creen que saben cómo funciona la industria del entretenimiento, el mercado (yo incluida); tampoco como piensan algunos teóricos, algunos “sabios” del conocimiento que creen que lo que pocos puedan entender es lo que vale la pena (yo incluida); menos como quienes, a veces, se sienten mejores personas que otras (yo incluida).

Hay actos que elevan la dignidad del ser humano y hay otros que la aplastan; es sencillo y en ello no hay relativismos. Cada acto individual de dignidad, cada acto de valentía, de honestidad, de amor, desencadena otras acciones como esas. De eso depende la supervivencia del hombre sobre la tierra y, eventualmente, sobre otros planetas.

Coda 1: en la película aparece el invento que deseo cada mañana: una ducha no de agua, sino de vapor. ¿Cuándo la van a patentar?
Coda 2: en el libro, ¿cómo hará el narrador para que el lector entienda que son los mismos personajes los que aparecen en las seis épocas?
Coda3: "evil", "neutral" y "good" no son clasificaciones adecuadas para los personajes...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Nice response in return of this query with solid arguments and telling everything on the
topic of that.

my weblog - body mass index chart

Anónimo dijo...

Hi my loved one! I want to say that this article is amazing,
nice written and come with almost all significant infos.
I'd like to see more posts like this .

My webpage diet plan for women