domingo, 6 de febrero de 2011

Conocerás al hombre de tus sueños:




Después del desencanto con Vicky Cristina Barcelona, encuentro esta película (2010) de Woody Allen que vuelve al tono conocido de sus películas de finales de los ochentas y de los noventas. Las relaciones de pareja que nunca están bien, que nunca son perfectas, que tienden a empeorar. Un matrimonio de cuarenta años que se va por la borda, un hombre de sesenta que quiere ser más joven, una mujer de sesenta que quiere creer, que busca algo en qué creer; un hombre de casi cuarenta fracasado en su mentira, una mujer por los treinta que sólo quiere tener un hijo “para sentir de alguna forma que avanza en la vida”, que quiere un nuevo hombre o un nuevo trabajo para sentir que algo cambia, que algo “avanza”… Las mujeres y los hombres que pueden (podemos) ser demasiado ilusos, demasiado ingenuos, que somos demasiado ilusos, demasiado ingenuos y la ventana del vecino -o vecina- que siempre muestra algo "mejor" de lo que hay en la propia… El corazón como una veleta, como comer con demasiada hambre, como un orgasmo demasiado esperado, como todo aquello que muy pronto se vuelve sólo “ruido insignificante”...

Es Londres, pero no aparece nada que la haga reconocible y sus personajes podrían estar lo mismo en Estados Unidos (o tal vez mis conocimientos no me alcanzan aún para entender la diferencia entre un estadounidense y un inglés). Es una música que ya es reconocible en las películas de Allen, en sus comedias, pero aquí no hay final feliz o tal vez sí, aquí nada termina bien o tal vez sí. Termina bien para quien eligió creer y ser fiel a eso que creía, aunque se dé cuenta –sin confesárselo nunca en voz alta– que la realidad no es como el ideal, termina bien para quien siempre se tuvo a sí mismo sobre todos y sobre todo. Un nuevo comienzo a veces puede ser sólo otro error, pero también se puede convertir en una nueva forma de ser; sólo eso. Un escepticismo muy marcado (nada de aprender, nada de “a la próxima”, nada de nada) y un tímido beso, un beso debido que no es la respuesta a ninguna pregunta.

La traducción fue pésima, la ortografía de los subtítulos estuvo peor, el menú era sólo una pantalla. El mundo cinematográfico pirata tiene sus puntos en contra, pero ya que no se sabe cuándo traerán esta película ni si la traerán a las salas de cine bogotanas, entonces defiendo a aquellos quienes, a causa de la necesidad, de la demanda de “cine arte”, se han vuelto más expertos que los cinéfilos, los críticos de cine y los empresarios, en saber cuáles son los estrenos MUNDIALES y cuál es la última película del director aún más desconocido.

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