sábado, 13 de diciembre de 2008

La otra Bolena


La imagen de unos niños jugando en medio del campo inicia y finaliza la película. La imagen de la infancia y de lo que aún no adquiere forma definida, el futuro como un todo posible e inocente...

La Historia siempre ha recordado a la segunda esposa de Enrique VIII: Ana Bolena (la primera vez que escuché ese nombre fue en una actriz de la televisión colombiana que se llama Ana Bolena Mesa...) y también la importancia que tiene para la Historia de Inglaterra el divorcio del rey y Catalina de Aragón, y su posterior matrimonio con una de las damas de honor de la reina: el paso del catolicismo al protestantismo (la Historia del poder tan asociada con la historia de la sexualidad...). Lo que no sabía –aunque ignoro demasiadas cosas de la Historia– era que Ana tuvo una hermana y un hermano, y que su familia se fue degradando poco a poco por la ambición de escalar una posición dentro de la corte: “Quien entra en la corte jamás puede volver a ser el mismo”.

Ignoro qué es real y qué hace parte de la ficción, pero la ficción de La otra reina logra unas interpretaciones admirables (Johanson, Portman), logra una historia impecablemente verosímil y absolutamente conmovedora, no en el sentido sentimental, sino en cómo todo en el espectador se conmociona, se perturba, se impresiona... Casi siempre que voy a ver una película “de época”, histórica, temo que la historia permanezca en una meseta por mucho tiempo, pero eso no sucede en La otra reina; al contrario, el espectador –yo– se mantiene todo el tiempo pendiente de la historia: dos hermanas que, sin proponérselo, se ven abocadas a distanciarse por el amor de un hombre (Enrique VIII), un hombre (Enrique VIII) lujurioso y calculador que anhela tener un hijo varón; matrimonios por conveniencia, matrimonios sin amor, hijos “bastardos” nacidos del amor, pero expulsados del sacrosanto poder de la monarquía, una madre que sufre porque sus hijos se pierden a sí mismos poco a poco, porque la mujer, en este capítulo de la Historia, puede manejar el reino desde su cama o puede perder la cabeza...

La traducción del título no es precisa, La otra reina no es lo mismo que La otra Bolena y es la otra Bolena: María Bolena, la que lleva en sus manos la historia, pero la que también sabe cuando alejarse, cuando decir no, aunque ame, aunque tenga que alejarse del hombre que ama...

Hijos varones anhelados y la Historia de Inglaterra que se definirá en manos de dos mujeres: María Tudor e Isabel I (ahora sí quiero ver Elizabeth).

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