lunes, 29 de noviembre de 2010

La elegancia del erizo:


El kairos, el haiku, las apariencias, la filosofía… El Arte, la amistad y el amor… 364 páginas alrededor de estas ideas, alrededor de estas sensaciones, alrededor de estas imágenes… La elegancia del erizo (L’élégance du hérisson, 2006), de Muriel Barbery (esa foto que no parece de una escritora francesa, esa foto que es más que esa apariencia), novela traducida al español en el 2007 –que llegó a mí gracias a la lectura a hurtadillas de una revista con un dueño celoso–, podría reducirse a las palabras de la contratapa: “Un cuento moderno, refrescante e inteligente” o podría verse sin los prejuicios infundados de lo que se muestra a primera vista como “sencillo”. Prefiero la segunda opción y hablaré de las frases “sencillas” pensadas y escritas por una niña de 12 años quien, antes de suicidarse, busca motivos por los cuales vale la pena vivir, pensadas y escritas por una mujer de 54 años, quien, camuflada en un oficio de portera, resguarda lo más profundo de sí misma de la vista de personas que juzgan todo sólo por la vulgaridad de las apariencias (“La facultad que tenemos de manipularnos a nosotros mismos para que no se tambaleen lo más mínimo los cimientos de nuestras creencias es un fenómeno fascinante”). En el fondo de ambas hay un silencio que encubre una herida, hay un dolor que no ha sido dicho, que pide ser narrado: la injusticia (la imbecilidad) de las jerarquías sociales, la impotencia por no poder ayudar a quienes más queremos…

El Arte resarce las heridas, resarce de la imbecilidad de los muchos seres humanos, resarce de la sensación de impotencia, pero la herida sigue siendo herida si no encuentra vínculos humanos, si no construye vínculos humanos: tomar té de jazmín (aromática de frutas, café, capuchino, cerveza negra) con una amiga o con un amigo, comer magdalenas (mantecadas, pescaditos, galletas de mora, galletas de nueces, milhojas –ah, ya entendí por qué se llama así–, Galas de vino, brownies con arequipe, trufas, postre de tres leches, waffle de agrás con arequipe) con una amiga o con un amigo o con ese alguien que va siendo el amor mismo… Ir a la peluquería, vestirse para una comida especial, para una invitación especial, sentirse bello o bella, sentirse adecuado en el momento adecuado… Plantar flores y salvar a alguien con la visión de su belleza, cocinar para alguien, cuidar los gatos, querer conocer a alguien, querer ser testigo de su vida, de sus aprendizajes, de sus aciertos, de sus disgustos (“Hemos renunciado a conocer a la gente, nos limitamos a conocernos a nosotros mismos sin reconocernos en esos espejos permanentes… Yo suplico al destino que me dé la oportunidad de ver más allá de mí misma y de conocer a la gente”)... Nada más que la estética de la vida o la vida como una estética:

La estética, a nada que uno reflexione sobre ello con una pizca de seriedad, no es sino la iniciación a la Vía de la Adecuación, una suerte de Vía del Samurai aplicada a la intuición de las formas auténticas. Tenemos anclado en nosotros el conocimiento de lo adecuado. Este conocimiento es lo que, en cada instante de nuestra existencia nos permite aprender la esencia de la cualidad de lo adecuado y, en esas raras ocasiones en que todo es armonía, disfrutar de ello con la intensidad requerida. Y no hablo de esa suerte de belleza que es dominio exclusivo del Arte. Quienes como yo, se sienten inspirados por la grandeza de las cosas pequeñas, las buscan hasta en el corazón de lo no esencial…

¿Qué es la gramática? “La gramática es un acceso a la estructura y a la belleza de la lengua”… La literatura resguarda esa belleza, la eleva a su mejor expresión. Hablar y escribir no para tener el poder de corregir, de poner en ridículo, sino para disfrutar del placer de la belleza de la lengua.

¿Qué significa ser una persona “educada”? "A eso me refería cuando hablaba de educación, esta actitud de alguien que le da al otro la impresión de estar ahí"… La “mala educación” de seres demasiado narcisos para salir de sí mismos (no importa si tienen o no dinero)… Me gusta esa idea: la idiotez de la envidia, de la mezquindad, viene de la ceguera que impide ver y estar con otros, querer estar con otros…

Barbery también elabora aquí una fuerte crítica a la cultura francesa, a las familias burguesas de este siglo XXI: “¿Para qué sirve la inteligencia si no es para servir?”, no para reproducir “élites estériles”. Parecen verdades innecesarias por su obviedad; lo extraño es que una novela que proviene de una cultura “tan alta”, tan antigua, tan académica, tan, tan, tan, las recuerde y que se venda bien, es decir, que a los muchos lectores les guste que se las recuerden. Si allá aún es necesario recordarlas, ¿qué podemos decir aquí en presencia de tantas poses intelectuales, del que señala el vestido inadecuado, de otras tantas entonaciones impostadas, del lugar que, se supone, ocupamos y debemos mantener?

La lectura de este ya best-seller me sigue haciendo navegar por mis prejuicios de lectora… ¿Cómo distinguir entre lo profundo convertido en cliché por la moda y el cliché convertido en algo profundo por la misma moda? La elegancia del erizo pertenece a lo primero (y los lectores nos tendríamos que oponer a la conveniencia de convertir lo profundo en cliché), a la escritura de una profesora de filosofía que no ve diferencia entre ser doctora y ser escritora. ¿Qué puede hacer la escritura? Curar almas, salirse de los guetos intelectuales para alcanzar la vida, salirse de los mercaderes de palabras para alcanzar la vida, salirse de las ingenuidades de los que “declaman” alargando los suspiros, los ohhh y los ahhh, de los que escriben para hacer reír en el bus o en el parque de Lourdes o para calmar las histerias de los “compañeros”, de los que confunden sentimiento y sentimentalismo y piensan que eso es alcanzar la vida, salirse del círculo de los que piensan que viajar a la India es una moda, que meditar es una moda, que contemplar las montañas de Kioto es una moda, que una verdad para el alma es una moda; salirse de los que lo convierten en una moda …

1 comentario:

Paula Lago dijo...

Tengo que leerla! Justamente acabo de terminar de Barbery "Rapsodia Gourmet", su primera obra y me encantó asique esta supongo me encantará aun más de tanto que me la han recomendado.
Saludos!!